13 Jun 2009

The Himalayas: Hapiness, pain, and some tears…

Si bien no alcancé la cima de ninguna montaña, y jactándome de ser un montañista, este debería de ser un objetivo principal, aún así, estoy muy orgulloso de cómo se presentaron las circunstancias de mi trekking a una zona del Himalaya.

La cordillera de los Himalayas es muy extensa y recorre toda la frontera entre La India y Nepal. Yo tuve la fortuna de encaminarme hacia el punto donde nace el Ganges, el río más sagrado de la India.

Fue un trekking corto de 2 días solamente. Partiendo desde Gangotri, hacia Bogwasa (se pronuncia Boshwasa), Gaumuhk y finalmente Tapovan. Las altitudes son las siguientes:

Gangotri 3048 msnm
Bogwasa 3792 msnm
Gaumuhk 3892 msnm
Tapovan 4460 msnm

Desde Gangotri hasta Tapovan se recorre una distancia de 30 kms, de los cuales 18 son subida “regular”, y 12 kms desde Gaumuhk a Tapovan, es caminata por glaciar, morrena y piedras sueltas, seguidas de una escalada junto a una cascada cuyos costados también tienen arena y piedras sueltas.

Afortunadamente me sentía extraordinariamente bien en cuanto a energía física y comencé mi caminata a las 6 am. Considerando que el ascenso de “alta” montaña requiere de una adecuación gradual del cuerpo con respecto a la equivalente reducción de oxígeno, y por lo que debiera subirse despacio, yo iba yo echo la madre…

Llegué a la entrada del Parque Nacional de Gangotri a las 7:30, presenté mi permiso de ascenso y contaron mis recipientes de plástico, solicitando un depósito que es devuelto cuando presentas tus plásticos de regreso (super buen sistema).

Tapovan no es muy alto, pero el simple cambio de altitud, afecta a muchas personas. Considerando que la gente vomita en el bus, solamente llegando al pueblo de Gangotri… En el camino me encontré a Viraat, un Montañista Hindú que conocí antes en el Bus hacia Uttarkashi, él fue el que me explico todo el sistema montañoso de Yamnotri, Gangotri, Kidarna y Bidarnat. Continuamos caminando juntos pero el comenzó a sentirse mal y a vomitar varias veces en el camino. Llegamos a Bogwasa y por más que él quiso seguir, no estaba en condiciones. La única solución para el mal de montaña, es bajar de altitud, no hay más. El se quedó ahí, yo le dije que intentaría llegar a Gaumuhk y avanzar un poco hacia Tapovan. Yo tenía toda la intención de evitar los Ashrams (templos albergues) y quería estrenar mi Bivvi-sack en el Himalaya (mi tienda de campaña para una persona). En Bogwasa me indicaron que era necesario llevar un guía, ya que el camino era muy difícil después de Gaumuhk. Indiqué que si se ponía ruda la cosa, tons me regresaba. Viraat y Yo comimos en Bogwasa.

Seguí avanzando hasta Gaumuhk, el glaciar donde nace el Ganges, lugar súper sagrado en la India. Hasta ahí, el camino es fácil pero muy largo (18 Kms). A partir de ahí comenzó lo rudo (ya de por si va uno cansado). No había comprendido (como siempre) la dimensión de las cosas, hasta que estuve ahí y comprendí la causa de la dificultad. Aún así, consideré estar preparado para la circunstancia.

Resulta que el glaciar de donde nace el Ganges, debido a deslaves, una parte esta cubierto de arena y roca. Cualquier montañista sabe lo que esto implica. Los glaciares son cuerpos de hielo constantemente en movimiento, es decir, se expanden y se derriten, y por ello, casi siempre tienen cavernas internas llamadas comúnmente grietas o crevasses. Un montañista experto sabe distinguir en diversos terrenos como evitarlas, ya que si un grupo de montañistas camina sobre una grieta, ésta se puede romper y uno puede caer a una caverna de hielo y jamás salir de ahí. Cuando los glaciares a simple vista se ven como una capa homogénea de hielo, los guías “escuchan” los pasos todo el tiempo, ya que el hielo suena diferente al romperse cuando vas sobre una grieta.

En esta ocasión, comencé a caminar por el camino de piedras y al notar que todas están sueltas y que conforme caminas, éstas se mueven, incluyendo las gigantes, inmediatamente sabe uno que se está sobre un glaciar. Es cuando hay que poner muuuuucha atención. De ahí que se me recomendó el guía.

No soy un experto pero ya tengo algo de experiencia, así que seguí el camino, aún faltaba buena parte de luz de sol y no quería desperdiciar el tiempo. Afortunadamente me crucé con dos sherpas (guías locales) que iban bajando y después de su sorpresa de que iba solo y sin guía, me indicaron de forma general la dirección hacia la cascada que había que ascender.

El terreno del glaciar era peligroso y el de la cascada un poco peor. En la alta montaña, parece a simple vista que las distancias son cortas, pero uno camina durante horas y parece que has avanzado milímetros, es cuando te das cuenta de la magnitud de la montaña que quieres escalar. Un buen ejemplo para los no montañistas es que además de la distancia recorrida longitudinalmente (30 kms), implica un ascenso de 1412 metros de altitud, equivalente a subir 523 pisos, o 17 edificios de 30 pisos.

Había tramos en los que podías mover piedras y toparte directo con un piso de hielo azul!!! Hermoso pero peligrosísimo si se llega a romper por el peso. Terminado el tramo del glaciar, llegó el tema de la cascada. No debes mojarte (por lo menos no al final del día) porque en los fríos del Himalaya y mojado, es una terrible combinación. En esta temporada, con luz de sol no hay tanta bronca porque calienta bastante, sin embargo, para cuando llegué a la cascada, ya estaba yo batallando para no quedarme en la oscuridad. Había yo sido advertido de que había que cruzar la cascada del lado izquierdo al derecho en algún punto ya que el lado izquierdo era sumamente difícil, A la vez, me explicaron que por la tarde cae más agua del deshielo y es también más difícil cruzar la cascada de un lado al otro. Total que terminé realizando el ascenso por el lado izquierdo (el difícil) y confieso que si estuvo medio cabrón, pero no tanto. Se mojaron mis pantalones hasta la rodilla.

Por fin terminé el ascenso de la cascada y ante mi ojos se vislubró lo que a mi me pareció el paraíso… Una extensión plana, con vegetación de musgo verde, rodeado de montañas y glaciares nevados y un río que serpenteaba en esta llanura. Ufff!!!!

Llegué a Tapovan a las 6pm, desde Bogwasa, el trekking en solitario, solamente permite que se expresen toda serie de sentimientos y emociones. Caminar en silencio a través de valles, glaciares, rocas gigantes y llanuras inmensas, descubrir la escala de mi ser ante la montaña, descubrir mi límites, mi inteligencia y mi estupidez, las dudas de mi vida, mis aciertos y errores, mis planes fallidos, esta pausa y silencio en el tiempo… a ratos me llena de alegría, de reflexión, de llanto y también de cansancio. Solo puedo agradecer a Dios por permitirme estar aquí.

Recuerdo a todos los que me han enseñado a disfrutar, y especialmente a sobrevivir en este medio de tanta belleza, dificultad y peligro: Dermot, Linterna, Schaff, El Oso, Los Clones, y con especial agradecimiento y extremo cariño al Dr. Reyes y a su familia, quienes siempre me han recibido en las faldas del Pico de Orizaba como a un hijo más. Con los años, la montaña se ha vuelto mi fuga y liberación, y por ello, los Reyes han visto pasar mis momentos más difíciles cuando los visito y parto rumbo al glaciar del Pico de Orizaba.

Continúo caminando por esta pequeña llanura sin saber que rumbo tomar. Poco después encuentro una vereda que me lleva después de un rato a otro valle, Tapovan. Ahí encuentro 2 Ashrams (micro templos y albergues) y un colectivo de tiendas de campaña. Cuando llego, todos se me quedan viendo con sorpresa. Al platicar, la duda general de todos: ¿Viene solo? ¿sin guía? ¿desde Gangotri en 1 día?, la traducción literal sería: “Este wey si está cabrón!!!” Si además descubrieran la edad… La verdad es que comparado con el Pico de Orizaba, Tapovan está papita. El Pico si está cabrón!!!

De ahí, aún mayor su sorpresa cuando agradezco y rechazo su invitación a quedarme con ellos (obvio pagando), les indico que traigo mi tienda de campaña, ven mi mochilita y como que no me creen que traiga yo equipo. Saco mi Bivvi-sack, y comienzo a armar mi tienda y mi puesto. Hubo quienes me insistieron que prácticamente me iba a zurrar del frío en la noche y otros hasta se carcajearon, diciendo así como “el puto cree que va a aguantar el frío”. Yo solamente indique que si no aguantaba el frío, pos ya me iba con ellos.

Las burlas fueron muy positivas ya que me hicieron prevenirme más. Mis gurús de la montaña me han enseñado lo fundamental pa sobrevivir, así que solamente pensé, “si no estoy suficientemente preparado… pos a chingarle papá, a chambear”. Así que me dedique en chinga (antes de que anochezca) a recolectar todas las piedras y rocas posibles y las coloqué alrededor de mi Bivvi-sack. Una pared de roca, reduce considerablemente el flujo de viento en contacto con la tienda, permitiendo un ligero, aún así, apreciado aumento en la temperatura interior. De ahí, me puse todo mi “kit”: triple calcetín (un par es térmico), 3 playeras, una camisa, un fleece, un impermeable, pasamontañas de lycra, mi turbante (Turco), guantes y mi lámpara. Desafortunadamente no me pude poner mis jeans porque estaban mojados. De ahí, pa dentro del sleeping bag y del Bivvi-sack. Varios buena onda, se acercaron un par de veces antes de dormir, a preguntar si estaba bien. Yo salía diciendo “de poca madre cabrón!!!!!”.

Me comí mis chocolates y dulces antes de dormir y algo de agua. Lo único que quedaba sin ocupar era mi mochila y estando dentro del sleeping, me la amarré alrededor de las piernas para que quedara encima y creara una “capa de aire” entre el sleeping y el Bivvi-sack. Yo duermo boca abajo y ya me ha pasado antes que con todo y todo, se me enfría el trasero (bastante, trasero digo J), así que ya había considerado experimentar poniéndome la mochila encima. Como dirían en el servicio militar… “Ja, Ja, Ja, que risa me da, este vientecito tan chiquitito”.

A pesar de que tengo muy claro que uno siempre debe ser respetuoso y humilde de la montaña, me sentí muy orgulloso de que con todo y que calló una súper tormenta de nieve en la noche, a la mañana siguiente, según conversaciones con los demás… nadie pudo dormir del frío. Excepto yo ¿verdad? Pues si, me dormí como a las 9:00 pm, y solamente me desperté dos veces, una pa tomar fotos y otra como a las 3:30 am, porque se me quitó el sueño y me volví a dormir como a las 4:30, de ahí me desperté como a las 6 am. Varios se acercaron a preguntar si estaba bien, y yo solo dije que sí, y fue cuando todos dijeron que no pudieron dormir. Bueno, hasta fotos me tomaban!!! Yo solo pensé “Chilango Hierba mala!!!”

Desperté y después de platicar con los demás viajeros y guías, busqué a Matachi, una señora que me recomendaron, quesque cocina super bien. Desafortunadamente, de desayuno solo da pan y Çay, así que no fue muy emocionante, aunque la señora es muy linda. Ahí me reencontre a Saburo, un Japonés que ya había conocido en el Pueblo de Gangotri, no contaba con permiso y no se lo querían dar, quien sabe como negoció a la entrada del Parque y le dieron el permiso. Decidimos ir a caminar un par de horas rumbo al glaciar más alto que tiene una longitud de 20 kms!!!! Solo fue una caminata corta antes de emprender el regreso, pero pudimos apreciar la belleza de los glaciares y unos valles y ríos hermosos. De regreso fotografiamos unos carneros, recogí mi tienda y emprendimos el regreso.

Nuestra caminata inicial comenzó a las 7:00 am. y llegamos al Pueblo de Gangotri a las 5:00 pm. Comencé de nuevo muy energético, y la verdad me quise pasar de listo en dos ocasiones cuando nos rebasaron con desdén, primero un sherpa en la zona del glaciar de Gaumuhk y después ya cerca de Gangotri otros sherpas en burro. En ambas ocasiones, casi como que nos quitaron del camino pa pasar, y yo pos dije, “a mi este wey no me chinga” y en ambas ocasiones, simplemente comencé a dar un paso super veloz, así que la primera ocasión hicimos 2 horas desde Tapovan a Bogwasa, lo cual es un super tiempo, pero confieso que ahí, hasta una pestaña me tuve que echar del cansancio, pinche orgullo ¿verdad? Y la segunda, rebasamos a los burros y llegamos antes a Gangotri. Saburo solamente decía, “cabrón, no mames, te clavas, no te gusta que te chinguen ¿verdad?” Le dije riendo que nomás era un juego divertido.

Después de otros 30 kms (60 kms en dos días), llegamos al Krishna Ashram y nos dieron un cuarto con baño interior, saludé a Carolina y me preguntó como me fue. Es bonito recibir un apapacho después de una súper chinga. Cené, me bañé, y mi cuerpo tocó la cama exhausto y feliz…

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